lunes, 10 de agosto de 2009

OPINIÓN - SACRAMENTOS CIVILES

Por José Ramón Campoamor Urendes

Cuando era pequeño, la clase de religión era obligatoria según los planes de estudios de la época y una de las cosas que aprendí en ellas es que los Sacramentos son los ritos a través de los que la Iglesia administra la Gracia de Dios y que si mi memoria no me falla eran: El primero Bautismo, el segundo Confirmación, el tercero Penitencia, el cuarto Eucaristía, el quinto Unción de Enfermos, el sexto Orden Sacerdotal y el séptimo Matrimonio.
Nadie se escandaliza hoy día cuando hablamos de matrimonio civil a la unión de un hombre u una mujer que por cuestiones religiosas deciden no formalizar su relación de pareja a través del rito religioso. Al fin y al cabo el matrimonio, como en gran parte de las culturas, no deja de ser un contrato que regula una sociedad que se crea entre un hombre y una mujer. Un contrato que une haciendas familiares, territorios, incluso en algún momento de la historia, hasta el acceso al Papado.
Es cierto que cuando se inició la practica del matrimonio civil, la mentalidad de la época llevó a las personas a rechazarlo, porque mayoritariamente y gracias a la pátina de religiosidad que impregnaba todo hasta no hace más de 30 años, no se concebía un matrimonio que no estuviera bendecido por Dios. Simplemente no valía.
Todo esto a venido a mi memoria cuando he escuchado a dos mujeres de cierta edad comentar la reciente noticia sobre el bautismo civil de un niño en la localidad castellonense de Alcora, como consecuencia de la ceremonia realizada con anterioridad por una famosa y progresista miembro de nuestro firmamento de las artes escénicas.
Como ellas dicen, ese bautizo no vale. El niño seguirá siendo moro y ¿que pasara si se muere? ¿A donde irá? Tiempo al tiempo. No debemos escandalizarnos por la secularización de los ritos de la Iglesia Católica por parte de aquellos que se muestran públicamente contrarios a la fe y a la doctrina de la iglesia. Vienen a mi cabeza situaciones mucho más complicadas de digerir, ya no por mentalidades orientadas por las enseñanzas de la iglesia, sino para agnósticas mentes para las que la razón y la lógica son la única guía.
La Penitencia Civil existe casi desde que el hombre es hombre y en compañía de la autoridad competente, se le invita al pecador, por diversos medios, a confesar al juez los pecados cometidos contra la ley humana recogida en los códigos civiles y penales.
Puedo incluso comprender una ceremonia civil de confirmación en la que el muchacho o la muchacha, vestidos para la ocasión pronuncian un bonito discurso de defensa de la libertad y de los valores democráticos, al tiempo que públicamente anuncian su compromiso de difundir la democracia y trabajar en pro de los valores de la libertad y del estado de derecho.
Los sacramentos que me chirrían hasta ponerme de punta los pelos del cogote son la Orden Sacerdotal Civil, y la Eucaristía Civil, y no es que no vayan a llegar. De la misma forma que ha llegado el Bautismo Civil, aquellos que rechazan con energía todo lo que tiene que ver con nuestra cultura derivada del cristianismo occidental, idearán la forma de ordenar sacerdotes mediante una ceremonia a celebrar por alguien elegido por la voluntad popular y que en virtud de la representación de dicha soberanía tenga poder para facultar a las personas a oficiar los ritos religiosos.
El bautismo representa para los cristianos la fiesta de bienvenida de un nuevo miembro a la iglesia, y es por tanto un rito especifico de la comunidad Cristiana, del mismo modo que otras comunidades celebran ritos de iniciación para recibir a los nuevos miembros. ¿Se le ocurriría a alguien plantearse una circuncisión civil? Para aquellos secularistas contrarios a los ritos judíos, dejando rodar un poco la imaginación, no resultaría descabellado en virtud de la fiebre igualitaria de géneros, que por parte de determinado ministerio se favoreciesen las ceremonias civiles de ablación de clítoris para las mujeres, al tiempo que se condenan las que se realizan por motivos religiosos en diversos lugares del planeta.
Nuevamente la hipocresía que se ha venido enraizando profundamente en la sociedad provoca estos malabarismos ideológicos que no tienen otra función que la de mantener y si es posible potenciar un negocio que de desaparecer la práctica religiosa se vería abocado a una ruina irremisible. Y es que la ceremonia del bautismo, como las bodas y las comuniones , no sería lo mismo sin la suntuosidad de una vestimenta adecuada por parte de los protagonistas, flores, un banquete en el que mejor que sobre, no vayan a pensar que no podemos costearnos un banquete como Dios manda, regalos, Listas de boda, comunión y de bautizo.
El siguiente paso, una vez liberados de la mirada de Dios, como Adán y Eva frente al árbol de la ciencia del bien y del mal serán las ceremonias civiles de comunión, puesto que no se va a desaprovechar un negocio en el que cada familia gasta un promedio de 6.000 € en un acto de demostración publica de posición.
Y es que la doctrina cristiana es condenada por conservadora, pero ¡Están tan guapas vestidas de novia!
En Segorbe a 9 de Agosto de 2009

3 comentarios:

  1. Cuando Rubén nos enseñó tú blog. En pantalla aproveché para leer parte del artículo sobre los sacramentos civiles. Me ha gustado un montón, da para mucho y habría mucho para debatir. Estoy de acuerdo con tu opinión y no veo mucho el sentido de que quiénes apuestan por el laicismo se dediquen a realizar sacramentos. El matrimonio civil tiene sentido pero... la unción de enfermos civil. ¿En qué consistiría? En que los familiares tras la firma del testamento decidiesen desconectarlo de la máquina que lo mantiene con vida y leer algún poema de despedida...
    Cristóbal.

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  2. Quizás lo que ocurre es que importa más la tradición en sí que su sentido religioso. Lo sacro se paganiza y lo pagano acaba por sacralizarse. Así ha sido siempre: la noche de San Juan, las Fallas, San Antón, la navidad, etc., etc., etc. Lo pagano y lo sagrado se confunde con el paso del tiempo, sin saber qué dio origen a qué.
    No sé si me he explicado...
    Muy interesante el tema... daría para un largo debate...
    Saludos!

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  3. Estoy de acuerdo con ambos. Estamos asistiendo a una evolucion de las costumbres, no se si buena o mala, Por descontado que interesada, pero invitable. Me parece muy acertada la observacion de Rubentxo sobre la adaptación de las costumbres en funcion de la ideologia imperante.

    En cuanto a la posibilidad de un debate, como en los duelos del romanticismo, elegid lugar, fecha, hora y tema.

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